Alberto y la consulta recurrente al Manual del Negacionismo
Las declaraciones que Vladimir Putin sobre las recomendaciones de no inyectar con la Sputnik V a los menores de dieciocho años y a los mayores de sesenta años provocaron un revuelo estremecedor. Tras el asombro que invadió a los funcionarios que se encuentra en Moscú al escuchar las palabras de articuló el jefe del Kremlin en conferencia de prensa, que cumplió 68 años el pasado 7 de octubre, Carla Vizzotti, la Viceministra de Salud que integra la comitiva que está albergada en la ciudad de la emblemática Plaza Roja y trajo algo de calma al afirmar ante los medios rusos que recibió la confirmación de que "ya se recomendó ampliar la edad" para aplicar la vacuna. El Gobierno, que ya cuenta con una Ley de Vacunas destinadas a generarinmunidad adquirida contra el COVID-19 -Nro. 27.573-, aguarda esperanzado que 300.000 dosis de la Sputnik lleguen a Ezeiza el próximo miércoles 23 de diciembre por la tarde. El dato más trascendente es que por intermedio de esta legislación, en su Artículo 8º, se establece que el adquirente de vacunas debe presentarlas a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica para que este organismo tome intervención, pero la autorización recae sobre el Ministerio de Salud, avocándose por la situación de emergencia el ejercicio de una competencia correspondiente a la A.N.M.A.T.
Mientras tanto, a varios kilómetros de distancia
de la tierra que fuera dominada por los zares durante casi cinco siglos,
Alberto Fernández anticipó que firmará el Decreto de Necesidad y Urgencia para dilatar el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio hasta el 31 de enero de 2021 inclusive, una medida hilarante teniendo en cuenta los últimos acontecimientos
que se produjeron en la Ciudad de Buenos Aires y que no hace más que prolongar
la agonía de una economía decrépita que está a un paso de implosionar y aflige
aún más a un pueblo terriblemente castigado en el balance de las vicisitudes
atravesadas.
El Gobierno es completamente
omnisciente de que cumplimiento de las medidas de salubridad para la prevención
del coronavirus es ficticio desde hace tiempo. Sin embargo, una decisión que se
situase en las antípodas del pensamiento del dirigente del Frente de Todos para continuar al
frente de la batalla contra la pandemia revelaría el total fracaso de la
estrategia ideada, que por el momento dejó un saldo de más de un millón y medio de
contagiados y cerca de 42.000 víctimas fatales. Es por ello que, cuando se
siente acorralado por esta disyuntiva, el mandatario, fiel a su postura pragmática y desprovista de audacia, vuelve a optar por la extensión de una cuarentena que hizo agua por todos
lados.
Un aspecto preocupante de que los
ojos del mundo se posen en la fabricación de las vacunas que nos permitan
contrarrestar esta tragedia es la sensación de anestesia en la que se haya
sumida gran parte de la opinión pública sobre otros asuntos internos a los que el
peronismo pretende darle resolución en los próximos días, como la sanción de la
Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y al "Proyecto de los
1.000 días". El debate de estos temas tendrá lugar el martes 29 de
diciembre en el recinto de la Cámara Alta. Paradójicamente, noventa y seis
horas después de conmemorar el nacimiento de Jesucristo los senadores decidirán
si será legal o no inducir la muerte de un concebido por nacer. Insólito.
Cristina le marcó la cancha a Alberto apuntado contra muchos funcionarios del Gobierno. Foto: www.infobae.com
Esta mañana se publicó en el
Boletín Oficial de la República Argentina Ley Nro. 27.605 del "Aporte
Solidario y Extraordinario para Morigerar los efectos de la Pandemia", promulgada por el Poder Ejecutivo a través del Decreto Nro. 1024/2020. Con
esta norma que afecta a alrededor de doce mil personas físicas que cuentan con
un patrimonio superior a los doscientos millones de pesos, el Estado determinó
que lo recaudado -que se estima en unos $ 300.000.000.000- se distribuya para
la compra y/o elaboración de equipamiento médico, elementos de protección,
medicamentos, vacunas y todo otro insumo crítico para la prevención y
asistencia sanitaria (20%), subsidios para micros, pequeñas y medianas empresas
(20%), a la financiación del programa integral de becas Progresar (20%), al
Fondo de Integración Socio Urbana (FISU -15%-), y a programas y proyectos que
apruebe la Secretaría de Energía de la Nación (25%). Pero antes de que el
Gobierno comience a frotarse las manos con el dinero que ingresaría al Tesoro
Nacional bajo este precepto, el "Impuesto a la Riqueza" primero
deberá sortear las demandas que serán presentadas ante la Justicia, ya que esta
Ley es pasible de considerarse inconstitucional por vulnerar ciertas
garantías de los contribuyentes. Según el tributarista César
Litvin "Los que están obligadas a pagar el impuesto no tienen mínimo no
imponible, lo que fomenta una gran inequidad tributaria entre personas de muy
similar situación", y agregó que uno de los motivos que promoverá la
judicialización de los reclamos es por la doble imposición y la
confiscatoriedad que reviste la ley, por lo que la discusión sobre esta materia
podría arrastrar otra contienda feroz entre la clase gobernante y la Corte
Suprema.
A pesar de que el país afronta
una crisis sanitaria sin precedentes, una educación en franca decadencia, una
desprestigio institucional espeluznante, una inflación galopante y una tensión
social que aumenta el desasociego general, para Alberto Fernández todo esto
forma parte de una realidad paralela. El Presidente, portador de una arrogancia
indisimulable y manipulador compulsivo de la doctrina negacionista, se muestra
pletórico e impávido en cada aparición pública y se reivindica su metodología
de combate contra el COVID-19 y se vanagloria por ello. El inusitado incremento
del desempleo, de la pobreza, de los precios de los bienes más elementales,
junto con el éxodo de las compañías que se fueron de la Argentina son pruebas
ineludibles y más que suficientes para extraer al líder político de su letargo.
Continuando con la tendencia
obsesiva de apelar al negacionismo, el
Jefe de Estado y la Vicepresidenta concurrieron a un acto oficial de la
casta mayor de la dirigencia política peronista en el Estadio Único de la
Ciudad de La Plata, impulsados tal vez con la intención de dar una impetuosa señal de unidad, algo que la viuda de Néstor Kirchner se encargó de derrumbar inmediatamente después de tomar el micrófono entre sus manos y disparar contra los miembros de la administración del
Presidente para dejar al descubierto la evidente ruptura que existe entre el albertismo y el kirchnerismo, explotando al máximo la formidable condición de oradora que la
caracteriza. "Todos aquellos que tengan miedo
o que no se animan, hay otras ocupaciones además de ser ministro, ministra,
legislador o legisladora, vayan a buscar otro laburo, necesitamos gente que los
sillones que ocupan sea para defender definitivamente los intereses del pueblo.
El lawfare es para disciplinar a los políticos, para que nadie se anime a hacer
lo que tiene que hacer y tenga miedo de firmar o autorizar" fueron
los ponzoñosos vocablos utilizados por quien gobernara la República entre 2007
y 2015. ¿Será Ginés González García uno de los apuntados por Cristina en su
discurso por el frustrante manejo de las negociaciones que emprendió el
Ministro de Salud con Pfizer?
No obstante, Alberto Fernández adoptó una tonalidad más dócil al respecto, expresando que "estar separados es un error. Estamos aquí porque hace más de un año decidimos estar juntos. Y un año después estamos tan juntos como siempre. Me acuerdo muy bien del 10 de diciembre en el que tuvimos que asumir", aunque minutos más tarde le dedicó algunas frases al diputado Alfredo Cornejo, Presidente de la Unión Cívica Radical, que horas antes había acusado al séquito gubernamental de entorpecer las tratativas con el laboratorio estadounidense por un pedido de coimas, en un tono beligerante: "Ahora vamos a ponernos a trabajar para vacunar a todos. Pero veo páginas y páginas que se escriben y preguntan por qué solamente contratamos la vacuna rusa. Falso. Contratamos la vacuna de Oxford (AstraZeneca), contratamos la vacuna de Kovacs, contratamos la vacuna rusa, también esperamos la vacuna de Pfizer si es que Pfizer accede a nosotros. Pero escuchaba decir a alguien que sospechaba que detrás de todo esto había un acto de corrupción. Corrupción fue dejar vencer miles de vacunas en los galpones de la Aduana. Eso era corrupción y no lo escuché al presidente del radicalismo hablar de esa corrupción. Presidente Cornejo, venga que le rindo cuentas las veces que usted quiera, porque nosotros no le robamos a la gente. Venga todas las veces que usted quiera”. Lo cierto de todo esto es que, a diferencia de la Argentina, varias naciones de la región (Brasil, Chile, Colombia, Perú) ya cerraron acuerdos con algunas de las farmacéuticas que le proporcionarán una cantidad de estos insumos imprescindibles para empezar con el proceso de inmunización de sus habitantes y que, cuando fue el mismo Fernández, en el afán de potenciar su vaga ilusión, el que había anunciado sin ningún rasgo de pudor a principios de noviembre que en estas fechas ya se habría comenzado con la campaña de vacunación para 10.000.000 de personas (ahora son 300.000), las dosis necesarias para inocular a la gente todavía no están en el país.
Asociación
Democrática y Defensora de la Justicia.
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