Nadie es profeta en su tierra, salvo ella

 

Alberto Fernández y Cristina Kirchner, juntos en un acto en la ciudad de La Plata. Foto: www.lanacion.com.ar

Una semana antes de la celebración de la Navidad, el Frente de Todos despidió el año con un acto político que tuvo lugar en el ahora denominado Estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata, tal cual lo anunciara el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que también comunicó que una de las tribunas de ese escenario pasará a llamarse Alejandro Sabella, el recientemente fallecido ex entrenador de la Selección Argentina identificado con Estudiantes de esa localidad.

Una de las principales oradores del evento que se llevó a cabo en la capital del territorio bonaerense fue Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, su ciudad natal. La Vicepresidenta de la Nación brindó un duro discurso en el que, además de apuntalar la agenda del Presidente en materia de estabilidad económica y fiscal, regulación de las jubilaciones y salarios, control de precios en el mercado interno y otros aspectos para el 2021, lanzó una andanada implícita hacia algunos miembros de la gestión de turno, como si se propusiera darle continuidad a lo expuesto en una de las epístolas publicadas a través de su portal digital hace tan solo un par de meses, mediante la cual tildó a varios de ellos como "funcionarios que no funcionan". En esta ocasión, la ex Presidenta arremetió: "Todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, por favor, hay otras ocupaciones además de ser ministro, ministra, legislador o legisladora, vayan a buscar otro laburo. Necesitamos gente que los sillones se ocupen de ministro, de ministra, de legislador o legisladora sean para defender definitivamente los intereses del pueblo". Y la dicción de CFK es interpretada por sus correligionarios como si se tratase de una trova sagrada.

Las vejaciones volcadas a través de la pluma y de la palabra por parte de la ex mandataria no fueron explícitamente dirigidas (a excepción de los reiterados agravios contra la Corte Suprema de Justicia y de todo el arco judicial), pero si se encuadran dentro de un parámetro delimitado. Cristina se refirió en su peroración a "ministros, ministras, legisladores y legisladoras". Y esto no es un dato para nada irrelevante.

El discurso que ofreció la Vicepresidenta de la Nación en el Estadio Único de La Plata. Fuente: YouTube.

Cuando la Presidenta de la Cámara Alta del Congreso alude a legisladores y legisladoras, esto incluye a diputados y senadores por igual, ya sean oficialistas u opositores. Pero cuando menciona a ministros y ministras apunta directamente al Gabinete de Alberto Fernández, y allí únicamente hay subalternos que fueron designados en sus cargos por ser adeptos o formar parte de la coalición peronista. ¿Alguno de ellos se sentirá aludido por estos dichos y recogerá el guante para responderle a la madre de Máximo Kirchner?

Hay quienes ya se alinearon de forma tajante con la prédica esbozada por la Dra. La ex embajadora en el Reino Unido y en Venezuela, Alicia Castro, que iba a ocupar ese cargo en Rusia pero que jamás alcanzó a tomar posesión del mismo, criticó a Juan Pablo Biondi, el vocero presidencial y hombre de confianza de Alberto, al afirmar que no aplaudió constantemente a la Vicepresidenta en cada pausa que utilizó durante su alocución, dando a entender que este personaje se encuentra encasillado dentro de la categoría de los que "no funcionan". Con una tónica similar, el jefe del bloque de diputados kirchneristas reivindicó a los "funcionarios militantes" por sobre los "profesionales de la política": "Se supone que nos eligieron en agosto y octubre (2019) por ese valor agregado que da la militancia. Para profesionales de la política sobran". Lo curioso es que, si bien los ministros y ministras adhieren a las premisas que conforman la doctrina de los gobernantes que ostentan el poder, no son seleccionads por el voto popular y, una vez que son nombrados solemnemente para el cumplimiento de sus funciones, sus designaciones pueden ser prorrogadas independientemente de cualquier ideología que caracterice a la fuerza política elegida que fuera elegida por medio del sufragio universal que hacerse responsable de la administración estatal, como lo fue el caso de José Lino Salvador Barañao, un prominente Doctor en Química que fue Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación entre 2007 y 2018, un período comprendido por dos gobiernos antagonistas (kirchnerismo y macrismo).

A su vez, en diálogo con el programa El Destape, el Presidente Fernández transmitió un mensaje con el que intentó disipar las dudas en torno al vínculo que mantiene con su compañera de fórmula: "Tengo un gran respeto por ella y nada va a quebrar nuestra amistad. No voy a defraudar ni a ella ni a los que nos votaron", sentenció. Tal vez la reconciliación existió y la relación entre ambos se amenizó desde los albores de la campaña electoral y ahora se vislumbre estable y simbiótica, pero parece difícil de creer que Cristina haya claudicado de sostener una actitud reticente al respecto y pudiera desterrar de su memoria cada uno de esos episodios infames en los que el ex Jefe de Gabinete hizo catarsis pública para referirse de un modo peyorativo sobre la actual Vicepresidenta, a la que llegó a calificar en esos momentos como "mentirosa" y "patética", entre otras cuantas denostaciones.



Asociación Democrática y Defensora de la Justicia

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