Presupuesto 2021: ¿una herramienta que ya prescindió de su valor práctico para su ejecución?

Martín Maximiliano Guzmán, Ministro de Economía de la Nación. Foto: www.analisisdigital.com.ar

Hace unos días, el Poder Ejecutivo promulgó parcialmente a través del Decreto Nro. 990/2020 publicado en el Boletín Oficial de la República Argentina el pasado lunes 14 de diciembre la Ley que dispone el presupuesto de gastos y recursos de la administración nacional para el 2021. El Artículo 1º del acto administrativo demanda las revisiones de los artículos 28, 112, 113, 114, 115, 123 y 126, y el Artículo 2º señala la observación del último párrafo del Artículo 49 de la ley Nro. 27.541 que se sustituye por el nuevo texto incorporado en el proyecto registrado bajo el Nro. 27.591.

Esta norma contempla un crecimiento del Producto Bruto Interno del 5,5%, un déficit equivalente a cuatro puntos y medio porcentuales del P.B.I., un gasto acumulado superior a los ocho billones de pesos, y una inflación del 29%, A su vez, se estableció el precio del dólar oficial al epílogo del año entrante en unos $ 102,00, y vaticinó que las exportaciones se incrementarán en 10,2%, mientras que las exportaciones alcanzarán 4.087 millones de la balanza comercial.un índice del 20,4%, lo que arrojaría como saldo un superávit de alrededor de U$s 15.087 millones. Estos datos que pronostican una reactivación de la economía en el comienzo del segundo año de gestión de la coalición peronista gobernante no están sujetos a una variable de ajuste que irremediablemente debió ser considerada: el avenimiento de una nueva ola de contagios. De acuerdo con lo manifestado por los expertos médicos, ya es prácticamente un hecho que el rebrote de casos de COVID-19 es inevitable, lo que ocasionaría que los parámetros que regula el presupuesto se vuelvan obsoletos.

En una nota de Enrique Szewach levantada este domingo por Infobae, el economista expresó que "El ministro Guzmán anunció que iba en busca de menor déficit fiscal que el anunciado en el Presupuesto, presentó una fórmula `conservadora´ de ajuste de las jubilaciones, y casi dio por terminada la pandemia en materia de gasto público, reduciendo los pagos del IFE -Ingreso Familiar de Emergencia- y del ATP -Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción-. También modificó la política financiera, abandonando la idea de `armar la curva de tasas de interés en pesos´ y colocando deuda indexada a precios, o indexada a dólar oficial, (cambió la pesificación forzada al mercado, por la indexación forzada al Estado) y le puso un límite, hasta fin de año, a la emisión de pesos del Banco Central, en concepto de adelantos transitorios (esto último más como señal que otra cosa, dado que el Central siguió emitiendo por “distribución de utilidades”)", y agregó; "(el Gobierno) no abandonó su costado `heterodoxo´ (por ponerle un calificativo) interviniendo `a la Moreno´ en los mercados de cambio, y vendiendo bonos en dólares en poder del Estado a precios de liquidación, consolidando una tasa implícita del 16% y colocando deuda en dólares a ese mismo precio, para aliviar la demanda de bonos en dólares en el mercado del dólar contado con liquidación y bajar su cotización".

Se sobrentiende que todos los presupuestos están ligados a factores constantes y volubles y a las contingencias que se pudieran generar en consecuencia con la coyuntura que enmarca el contexto general en el cual se subsume actualmente un país como el nuestro, urgido por la imperiosa necesidad de ser apaciguado tanto en el plano económico como en otros asuntos vitales como lo son las cuestiones institucionales, laborales, previsionales y sociales.

El proyecto del Presupuesto 2021 fue presentado el 16 de septiembre en Diputados. Foto: www.quediario.com.ar

Sin embargo, para entusiasmarse con un desenlace satisfactorio sobre las metas que consignaron alcanzar con la administracion de los gastos y recursos del Estado para el siguiente año y que le ponga fin a una recesión que se profundizó por los efectos provocados por la pandemia, la atención debe concentrarse desde ahora en la búsqueda de una aplicación de una batería de herramientas eficaces que atiendan los inconvenientes que no pueden esperar a ser resueltos en el 2021 para que no caer en la frustración y así frenar un concreción de un futuro venturoso con el que se esperanza no solo el Gobierno sino con la que también se hacen eco todos los argentinos para que los tiempos que están por venir sean más confortables y prósperos, conceptos distópicos en la cotidianidad.

En la primera quince de diciembre del 2020 la base monetaria creció abundantemente en unos ciento veinticinco mil millones de pesos, y "chupó" unos $ 121.000 millones por Pases y Letras de Liquidez (Leliqs). Y con la gigantesca emisión monetaria que se está llevando a cabo en este último mes del año el Banco Central tendrá que salir a absorber más pesos, por lo que el caudal de pasivos remunerados crecerá al igual que los intereses. La resistencia del BCRA en cuanto a la sostenibilidad de sus reservas se augura un panorama bastante desconcertante y posiblemente muy difícil de soslayar.

Un punto crucial del que no hay que desenfocarse es el indicador que se plasmó para medir la inflación en el presupuesto, que es del 29%, junto con el importe del dólar oficial calculado en ciento dos pesos para el cierre del 2021, arista sensible y fundamental para diagramar la recomposición salarial en el corto plazo (las paritarias de este 2020 con casi todos los sectores sindicales concluyeron en una cifra muy inferior a la inflación interanual computada al penúltimo mes del año -cerca de veinte gremios acordaron sumas del 30% o más-). Teniendo en cuenta que la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) ha sido del 3,2% en el Mensual NOVIEMBRE, de forma que la inflación acumulada en 2020 es de casi el 31%, es poco probable -casi imposible- que este objetivo se cristalice. A su vez, la cartera de Hacienda deberá ejerzer una labor titánica si procura que la brecha cambiaria oficial con la divisa estadounidense se sitúe en el número deseado (hoy se ubica en una franja $ 82,00 para la compra y en $ 88,00 para la venta -el dólar libre oscila entre los $ 144,00 para su adquisición, y en $ 150,00 por su desprendimiento-), aspecto en el que habrá que trabajar arduamente si se pretender que sea cumplido con creces.



Asociación Democrática y Defensora de la Justicia

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