La grieta también es hacia adentro
Se aproximan las festividades de fin de año y la amenaza de que el comienzo del 2021 sea tan preocupante como seguramente lo será el final de este 2020 está más latente que nunca. Los casos de COVID-19 detectados dentro del territorio que comprende en el Área Metropolitana de Buenos Aires aumentaron exponencialmente, y el coronavirus, en vísperas de Nochebuena, ya le causó la muerte a casi cuarenta y tres mil personas en la República Argentina. Una cifra verdaderamente escalofriante.
Para atenuar lo que ya es un pandemonio, el Gobierno tomó medidas para evitar que la nueva cepa llegue a nuestro país. Por ello, éste implementó el cierre de fronteras terrestres y fluviales con las naciones limítrofes -salvo para el ingreso de residentes a nuestro país- y la suspensión de las rutas aéreas con determinadas potencias extranjeras como el Reino Unido, Países Bajos, Italia, Dinamarca y Australia. Todos aquellos turistas o compatriotas que arriben a la Argentina por medio de vuelos provenientes del exterior tendrán que acreditar el PCR negativo y someterse a una cuarentena obligatoria de siete días. Esta restricción regirá desde la medianoche del 25 de diciembre hasta el 8 de enero.
Esta situación no hace más que poner en evidencia la falta de capacidad y una completa subestimación por parte de las autoridades para contrarrestar la evolución de la pandemia. De un Ministro de Salud que pasó de minimizar a la enfermedad comparándola prácticamente con una gripe de poca importante a puntualizar que "si seguimos con lo que estuvimos haciendo estos últimos quince días las cosas no van a mejorar. La segunda ola puede pasar mucho antes". El contexto apremiante que atravesamos condujo al titular de la cartera de salubridad a aprobar apresuradamente la Sputnik V en conformidad con la facultad otorgada por el Artículo 8º de la Ley Nro. 27.573 en el marco de una imposición impostergable para iniciar de una buena vez por todas la tan ansiada campaña de vacunación masiva. El Airbus A330-200 de la aerolínea de bandera ya partió de Moscú con rumbo a Ezeiza con 300.000 dosis de la vacuna rusa destinadas a inmunizar al personal de la salud en varios distritos que ya fueron seleccionados. Casi en simultáneo, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (A.N.M.A.T.) dio su consentimiento formal por medio de la Disposición 9210/2020 para la aplicación de la vacuna suministrada por el laboratorio estadounidense Pfizer.
Luego de su participación en un acto llevado a cabo en Ingeniero Budge, Partido de Lomas de Zamora, Alberto Fernández retornó a la Capital, y apenas descendió del helicóptero que lo transportó desde el Conurbano bonaerense hacia el interior de la Casa Rosada se acercó a las rejas en donde se encontraban algunas personas amontonadas para solicitarle una "selfie" al mandatario. ¿No fue el Presidente quién extendió el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio hasta el 31 de enero del año que viene? No cabe duda que el dirigente peronista no sabe predicar con el ejemplo, y con su modo de obrar avala de alguna forma la estampida humana que se agolpa en los centros comerciales al aire libre del barrio porteño de Flores y de la Feria de La Salada cruzando la Avenida General Paz.
Hay otros focos de infección en los que se concentra el Jefe de Estado y que no son virales. Las teorías conspirativas y el fuego entrecruzado entre varios personajes que conformar la estructura del poder político en la actualidad ya son un estandarte que representa a la coalición peronista. Los dardos envenenados que lanzó Cristina Kirchner hace unos días en la ciudad que la vio nacer consolidaron el agrietamiento que hay en el vínculo que mantiene el ex Jefe de Gabinete de CFK con el ala dura del kircherismo y con la propia Cristina.
Los exégetas mediáticos leales a la progenitora de Florencia y Máximo Kirchner confabularon en connivencia con operadores espurios que responden a las directrices derivadas desde los despachos del Instituto Patria con la mala intención de jaquear a la Dra. Marcela Losardo, la Ministra de Justicia y Derechos Humanos y una de las funcionarias más allegadas a Alberto Fernández -es amiga y socia en el Estudio Jurídico que tiene con el Presidente-. La abogada de 62 años desmintió las acusaciones formuladas por el medio periódistico El Disenso, y salió al cruce en su cuenta de Twitter utilizando una extensa cadena de hilos. Juan Martín Mena, el subalterno inmediato de Losardo, es un fiel lacayo a las órdenes de la Presidenta del Senado. A esto se le agrega el pedido de renuncia de Felipe Solá a su cargo formulado por el diputado kirchnerista Nicolás Rodríguez Saá por Twitter, que recibió una cruda respuesta por privado del mismo Canciller, divulgada posteriormente por el legislador.
La convergencia justicialista está en riesgo por el incipiente tránsito del derrotero hacia la búsqueda del debilitamiento de la imagen del mandatario. El consenso que hay entre el Presidente y la línea kirchnerista más férrea está en franca merca. La impetuosa locuacidad de Cristina fue interpretada por varios de sus correligionarios como una venia para arrancar con la ejecución de una serie de maniobras vehementes que provoquen la claudicación de Alberto Fernández sobre las decisiones más sensibles, como lo son la designación de los funcionarios que componen su Gabinete gubernamental.
Muchos de los que conforman esta alianza muy probablemente no hayan leído el Martín Fierro de José Hernández, que reza en uno de sus pasajes: "Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera; tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera". Lamentablemente, la carencia de unión y coherencia dentro del entramado de la fuerza gobernante vaticinan resultados frustrantes para un pueblo que ya está harto de las vicisitudes.
Asociación Democrática y Defensora de la Justicia.
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