Un atentado fallido y miles de interrogantes por resolver

 

La Vicepresidenta sufrió un ataque mientras saludaba a sus seguidores en la puerta de su casa en Recoleta el pasado 1 de septiembre.

Pasadas las 21.00 horas del jueves 1 de septiembre, Cristina Fernández de Kirchner se encontraba saludando a los militantes que se habían acercado a la intersección de las calles Juncal y Uruguay en el barrio porteño de Recoleta cuando un individuo se aproximó a tan solo unos centímetros de la Vicepresidenta y le apuntó con un arma de fuego directamente a su rostro. Afortunadamente, no se produjo ningún disparo y la titular del Senado permaneció alrededor de seis minutos más en el lugar firmando autógrafos y retribuyendo las muestras de afecto a sus seguidores hasta que finalmente subió a su suntuoso departamento. Durante la declaración que le brindó el fin de semana a María Eugenia Capuchetti, la jueza que lleva adelante la causa, afirmó que no se había dado cuenta de que habían tratado de matarla. El atacante fue reducido por varias personas que se encontraban en el lugar y que reaccionaron inmediatamente tras el incidente para luego ser detenido por la Policía Federal y trasladarlo a una dependencia de este cuerpo de seguridad. El agresor fue identificado como Fernando André Sabag Montiel, un residente brasileño de treinta y cinco años que registra antecedentes penales por posesión de armas no convencionales (un cuchillo de treinta y cinco centímetros de longitud). Realizados los peritajes sobre la pistola semiautomática Bersa calibre 0.32 con la que este sujeto trató de terminar con la vida de la ex Presidenta, se pudo comprobar que el arma se hallaba en condiciones aptas para ser utilizada, y que tenía cinco proyectiles en su cargador, aunque ninguno ubicado dentro en la recámara. Además, luego de los allanamientos efectuados en el domicilio del imputado, se secuestraron una gran cantidad de municiones de nueve milímetros.

Cerca de la medianoche del jueves y, para sorpresa de muchos, el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, habló por cadena nacional y decretó un feriado nacional con el propósito de que "el pueblo argentino pueda expresar su más profundo repudio al atentado contra la vida de la Vicepresidenta de la Nación, Cristina FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, y pronunciarse en defensa de la paz y la democracia". Insólito. El mensaje difundido por el mandatario, que prácticamente se trató de un panegírico en homenaje a la ex Jefa de Estado, provocó la transformación de un episodio lamentable que atravesó su compañera de fórmula en un conveniente acto de proselitismo puro. Una vez más, y al igual que lo hiciera con el funeral público de Diego Armando Maradona y de la marcha para pedir la libertad de los supuestos "presos políticos" afines a sus intereses como Julio De Vido o Milagro Sala, el Gobierno aprovechó este terrible acontecimiento para sacarle un rédito propagandístico miserable y adjudicarse para sí la potestad de las manifestaciones en favor de la democracia. El viernes, al ser una jornada no laboral, una multitud se congregó en la Plaza de Mayo para ofrecerle su apoyo a la referente más importante de la coalición gobernante.

El líder del Consejo del Partido Justicialista a nivel nacional argumentó en su alocución del 1° del mes de poco más de cuatro minutos que este atentado fue la mayor amenaza en contra de la democracia desde 1983. Es muy probable que el Presidente no haya recibido el asesoramiento adecuado, ya que se olvidó de que a Raúl Ricardo Alfonsín quisieron asesinarlo en dos oportunidades: una en 1986  mientras estaba al frente del Poder Ejecutivo y la otra en 1991 durante una ceremonia en la localidad de San Nicolás de los Arroyos, cuando ya se había alejado de la Presidencia de la Nación.

Ante el intento de magnicidio perpetrado contra la máxima autoridad de la Cámara Alta del Congreso Nacional y en la que milagrosamente resultó incólume, las acusaciones cruzadas no tardaron en llegar. Si bien los senadores que responden tanto al oficialismo como a la oposición se reunieron en el recinto en lo que fue una señal positiva de unión para repudiar el atentado y que puso en jaque el orden institucional del país, los principales referentes de los partidos políticos volvieron a demostrar que no están a la altura de las circunstancias, responsabilizando a propios y extraños por lo sucedido el jueves por la noche.

             Cristina Kirchner realizó un discurso muy enérgico desde su despacho en el Congreso de la Nación el pasado 23 de agosto.

Lo más llamativo fue que desde el Frente de Todos le achacaron una responsabilidad casi absoluta a los medios masivos de comunicación, acusándolos de difundir discursos de odio y de conspirar contra la democracia. Sin embargo, no hace muchos días atrás, fue la propia Cristina Kirchner quien arremetió contra la Constitución Nacional al proponerse "replantear el funcionamiento jurisdiccional" de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cuando en el Artículo 129 de la Carta Fundamental establece que "La ciudad de Buenos Aires tendrá un régimen de gobierno autónomo, con facultades propias de legislación y jurisdicción, y su jefe de gobierno será elegido directamente por el pueblo de la ciudad. Una ley garantizará los intereses del Estado nacional, mientras la ciudad de Buenos Aires sea capital de la Nación". Aparte de ello, en noviembre de 1995 se promulgó la Ley Nro. 24.588 (la denominada "Ley Cafiero"), que en su Artículo 4° señala que la mayor urbe de nuestro territorio "se regirá por las instituciones locales que establezca el Estatuto Organizativo que se dicte al efecto. Su Jefe de Gobierno, sus legisladores y demás funcionarios serán elegidos o designados sin intervención del Gobierno Nacional", y que en su Artículo 7° indica que "El Gobierno nacional ejercerá en la Ciudad de Buenos Aires, mientras sea Capital de la República, sus funciones y facultades en materia de seguridad con la extensión necesaria para asegurar la efectiva vigencia de las normas federales. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ejercerá las funciones y facultades de seguridad en todas las materias no federales. El Gobierno nacional las seguirá ejerciendo hasta tanto aquel ejercicio sea efectivamente asumido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. La Ciudad de Buenos Aires podrá integrar el Consejo de Seguridad Interior."

No hay que dejar de mencionar que el odio no proviene solamente de los que piensan distinto a las ideas que pretende imponer esta gestión. Aníbal Fernández, el histriónico Ministro de Seguridad que por ahora e increíblemente se mantiene en sus funciones, se cansó de pasear por los canales de televisión para hablar pestes de Mauricio Macri y de varias figuras de la oposición. Fue Hebe de Bonafini la que propuso probar las pistolas Taser con la hija del fundador del PRO y Luis D´Elía el que cometió el exabrupto de declarar que al ex Presidente "había que fusilarlo en la Plaza de Mayo delante de todo el pueblo". También Victoria Donda, directora ejecutiva del INADI, o Gabriela Cerrutti, portavoz del Gobierno Nacional, tienen muy aceitado el ejercicio de la violencia simbólica por medio de las redes sociales. Y por si fuera poco, situaciones tan estigmatizantes como el desempleo, el hambre, la inflación, la indiferencia y la pobreza son otros tantos de los flagelos que tiene que soportar la población por culpa del peronismo más abyecto que se encuentra en las esferas más altas del poder.

Lo que le sucedió a la Dra. Cristina Fernández de Kirchner en la puerta de su casa fue un evento que merece el repudio irrestricto de toda la sociedad, sin ningún lugar a dudas. La falta de capacidad de sus custodios ante semejante atrocidad es un tema que tampoco puede pasarse por alto. Desgraciadamente, a CFK le tocó vivir en carne propia un hecho de inseguridad, algo que padecen cotidianamente millones de argentinos en todo el país. Lo cierto de todo esto es que por los veintidós muertos que causó el atentado a la Embajada de Israel en 1992, los ochenta y cinco muertos por el atentado a la AMIA, las ciento noventa y cuatro almas que perdieron su vida en diciembre de 2004 en Cromañón,  las cincuenta y un víctimas fatales y cientos de heridos por la Tragedia de Once en 2012 y por el deceso del fiscal Natalio Alberto Nisman, quien investigaba el acuerdo firmado por intermedio del recordado y polémico Memorándum de Entendimiento entre la República Argentina y el régimen teocrático de la República Islámica de Irán durante los tiempos de Cristina Kirchner como Presidenta y que fue hallado en el baño del departamento que habitaba en Puerto Madero con un disparo en su cabeza, no se decretó ningún feriado nacional. Pero si lo hubo para una persona que aún sigue incrustada en el poder sin tener intenciones de dejarlo para no quedarse sin todos los beneficios que éste le otorga y que el viernes pasado tuvo una inesperada jornada en su honor en la que sus acólitos pudieron rendirle pleitesía.

Otra muestra más en tributo a "La Jefa" fue el proyecto de ley que presentó el diputado Ramiro Gutiérrez, hombre cercano al Ministro de Economía Sergio Tomás Massa, en el que pretende incorporar dos nuevas figuras al artículo 80 del Código Penal como agravantes del homicidio: el magnicidio y el homicidio por odio.

Derecho de Defensa empleado por la Presidenta del Senado, Cristina Fernández de Kirchner, el martes 23 de agosto del año 2022.

(*) Asociación Democrática y Defensora de la Justicia.








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