Milei y el desafío de dejar atrás una etapa calamitosa

 

El Presidente Milei en el día de su discurso de asunción en el Congreso de la Nación el domingo 10 de diciembre de 2023.

El pasado 22 de noviembre, la mayoría de los ciudadanos optaron por un cambio drástico para el destino del país por los próximos cuatro años. Con el 55,65% de los votos, el candidato Javier Gerardo Milei se impuso en el ballotage sobre Sergio Tomás Massa, que reunió el 44,35% de los sufragios. El domingo 10 de diciembre, el líder de la Libertad Avanza recibió los atributos en el Congreso de la Nación y juró como Presidente de la República Argentina para el período 2023-2027.

Sin embargo, muchos se han inclinado por no reconocer la voluntad de la sociedad y decidieron levantar su voz en contra de los resultados que se obtuvieron en una contienda democrática. Y justo al cumplirse cuatro décadas de la asunción del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín viene a cuestionar lo que tanto costó recuperar.

La decisión, a priori, parecía sencilla, pero no era tan simple. La gente tenía que elegir entre las propuestas revolucionarias, extravagantes y risueñas del economista libertario y la continuidad de un modelo que causó la pérdida constante del poder adquisitivo, una pobreza, sobre todo la infantil, con índices alarmantes, una inflación a niveles estratosféricos y un Estado vacío de fondos.

Luis Caputo anunció las medidas económicas a las pocas horas de ser designado titular de la Cartera de Hacienda.

Una vez al mando, Milei implementó certeras medidas económicas de ajuste que ocasionaron revuelo. Ya no habrá pautas oficiales para los medios de comunicación, se redujo notoriamente la estructura estatal y se rescindirán los contratos de empleo público del último año. Además, se planifica un considerable aumento de las tarifas correspondientes a los servicios (electricidad, gas, transporte).

Recién han transcurrido diez días de que el nuevo gobierno entró en funciones, y la oposición vociferó vehementemente que este método llevará a la Nación a la ruina. Ya del otro lado del mostrador, ahora parecen tener todas las soluciones mágicas para "sacar al país adelante". Por supuesto, hay asuntos que preocupan y que han sembrado un manto de incertidumbre en la población, pero había que hacerse cargo de la paupérrima administración heredada. Durante el tiempo en el que Alberto Ángel Fernández se hizo cargo del Poder Ejecutivo y CFK comandó el Senado, la inflación acumulada fue del 5.133%, la pobreza creció por encima del 40%, el nivel de la educación desbarrancó y la deserción escolar se incrementó. Además, su pésima gestión para el manejo de la pandemia le costaron la vida de 130.000 argentinos.

Si bien se espera que el flamante mandatario tenga la capacidad de aplicar todos los criterios adecuados para mejorar la calidad de vida de los millones de compatriotas, no se puede escapar de la realidad. Recién veremos los efectos de una posible recuperación en el mediano plazo, si es que somos optimistas. Pero lo más importante es que las políticas devastadoras que nos depositaron en esta situación caótica naufraguen hasta convertirse en un pecio olvidado en el lecho del océano.

(*) Asociación Democrática y Defensora de la Justicia.